¿Cuándo y con qué frecuencia hay que llevar a mi hijo al óptico-optometrista?
A veces los padres nos preguntamos cuándo acudir por primera vez a la consulta del óptico -optometrista. Por eso, aquí os voy a explicar con que frecuencia debéis acudir al especialista y cómo detectar problemas visuales a nuestros hijos. No es una tarea fácil, pero esperemos que estos tips os sirvan de guía.
La primera revisión es recomendable realizarla cuando veamos un claro signo independientemente de la edad. Como un párpado más bajo de lo normal, ojo rojo, estrabismo (cuando tuerce un ojo), etc. Si no observamos nada fuera de lo común, la primera revisión debe realizarse a los 3 años.
1ª Revisión: A los 3 años.
Ya que es en ésta edad cuando el desarrollo ocular se aproxima al 100%.En ésta revisión se observarán posibles movimientos “raros”, como descoordinación entre ambos ojos y el estado visual del niño. La realización de la totalidad de las pruebas dependerá del grado de colaboración del niño, ya que en estas edades no son muy colaboradores.
2ª Revisión: Antes de los 6 años.
Teniendo en cuenta que cada niño tiene unos períodos de desarrollo diferentes. Por regla general a los 6 años entramos en una edad crítica visualmente hablando, ya que aquí podemos saber el grado de ametropía que puede llevar el niño, es decir, podemos saber si el niño tiene: miopía, hipermetropía o astigmatismo, añadiendo también posibles problemas de estrabismo y ambliopía (ojo vago).
3ª Revisión: La debe marcar el óptico.
Las sucesivas revisiones las tiene que proponer el óptico-optometrista: o bien cada 6 meses o una vez al año, todo dependerá de las particularidades de cada caso.
4ª Y posteriores revisiones:
Llegados a la edad adulta, lo habitual es hacerse una revisión ocular una vez al año o cuando se sienta algún problema de visión como: picor de ojos, borrosidad tanto de cerca cómo de lejos, dolores de cabeza relacionados con la visión, malestares, etc.
Para finalizar aquí os dejo con 6 signos que pueden ser motivo de una mala visión en tu hijo:
-“Achina” los ojos para poder ver bien de lejos.
-Se sienta en la primera fila de la clase para poder ver bien.
-Cuando juega con la pelota, le cuesta cogerla cuando se la tiran.
-Cuando lee o escribe ve borroso o doble.
-Tiene dolor de cabeza o escozor de ojos y se los frota cuando mira de cerca.
-Cuando lee mueve la cabeza en lugar de los ojos.
Y recordad, independientemente de la edad del niño, si detectamos cualquier anomalía en la visión del niño, no dudéis en acudir al óptico-optometrista.
Sergio Marco Méndez
Óptico-Optometrista
Nº Colegiado: 19982